El fin de la Saga de Percy Jackson

No se me alerten. No es nada dramático, sólo que como puse toda la trilogía La Materia Oscura en un post, y viendo que voy de saga en saga, he pensado que mejor pongo las dos que quedan de Percy Jackson en un post. Que no se trata de estirar la propuesta de un post semanal en plan Vietnamek 😉

Una vez más gracias, wikipedia.

La batalla del Laberinto

Como viene siendo habitual, después de que al bueno de Percy le ataquen unas empusas cheerleaders en su nueva escuela, vuelve al Campamento Mestizo y aprende sobre el Laberinto (ese «pasatiempo» del rey Minos en Creta diseñado por Dédalo. Tambien conoce al nuevo maestro de espada del campamento, Quintus (que de buenas a primeras da mal rollo), y a su perrito. Durante un combate de entrenamiento con un escorpión gigante (y aquí se huele el homenaje a Ray Harryhausen), Annabeth y Percy encuentran accidentalmente (si es que en éste mundo de dioses, profecías y bichocosas de aspecto tan amenazador como ridículo existen las casualidades) una entrada al laberinto en el mismo campamento. Lógicamente, también descubren que Luke piensa usar dicha entrada (que sabe que existe pero no llegar hasta allá) para dirigir a su ejército hacia el corazón del Campamento Mestizo. Así, hasta la cocina y a liarla.

El tema es que nuestro grupo favorito (Percy, Annabeth, Grover y Tyson) se mete en el laberinto para localizar a Dédalo con tal de que Luke no consiga el  Hilo de Ariadna, que le permitiría orientarse por el dungeon ese. Y como ya que va el tema de D&D, Percy y el resto del equipo se encuentran con Campe, medio mujer, medio dragón (que mira que les gustaba a los griegos mezclar humanos con bichos…), y liberan a su prisionero, Briares el Hecatonquiro  (Si alguien le suena el nombre de Appleseed, se lleva un punto), ídolo de Tyson, que le decepciona porque está muy asustado como para ayudarles. Tras un encuentro con Hera (encuentro tenso, tenso, y que acaba como suelen acabar las cosas entre héroes y Hera) y una batalla en la granja de Gerion (se conoce que cuando no está en su Torre, curra en su granja), el grupo se reune con Nico di Angelo, hijo de Hades, quien culpa a Percy de la muerte de su hermana Bianca, pero que es convencido por el espiritu de dicha hermana para dejar a un lado sus rencillas.

Hasta aquí, todo muy dungeonero. Dos guerreros/paladines, un guardabosques, un bárbaro/guerrero, y ahora un clérigo/paladín. Y haciendo sub-quests mientras se acercan al tema principal.

Entonces, por orden de Hefesto, se pira al monte St. Helens. Allá descubre la presencia de telekhines. Los telekhines le descubren a él, y le atacan. Y cuando Percy se encuentra con Annabeth discuten (lo de siempre, eso de «vete tú que yo les entrengo»),  y Percy dice a Annabeth que huya. El muy bandido se lleva un beso Annabeth y ella desaparece. Y por si fuera poco, en un intento de huir de esos seres, Percy provoca la erupción del monte St. Helens, escupiéndolo fuera del volcán y drenando su energía a la vez.

Al despertar, descubre que está en la isla de Calipso (que tendría que haber aparecido, en mi opinión, en el segundo libro, pero bueno…). Tras curarle las heridas y volver al mundo mortal (y por qué no decirlo, con un regusto agridulce), Percy recibe la ayuda que necesita de una chica mortal, Rachel Elizabeth Dare, que puede ver a través de la Niebla (lo que hace que los mortales no vean la cantidad de monstruos que pululan a su alrededor).

Grover, que además de ayudar a Percy tiene sus planes, finalmente encuentra a Pan, el motivo de que en el principio saliera de aventuras. Pan esta muriendo. La naturaleza salvaje hace tiempo que se fue a tomar viento, y por eso Pan está desapareciendo. Pero si no desapareció del todo es porque los sátiros aun creen en él, así que la agonía es terrible. Querer abandonar el mundo y que no te dejen… Pese a todo, le dice a Grover que deben salvar ellos mismos la naturaleza, y antes de desaparecer, su espíritu pasa a los presentes, sobretodo Grover. Al poco, descubren que Quintus, el misterioso instructor de esgrima es en realidad… Daedalus, que ha conseguido la «inmortalidad» poniendo su fuerza vital, su animus (je, jeeeje, jeeee), en un robot (que si el tipo hizo unas alas de cera para salir volando, tras milenios no veas lo que puede llegar a hacer), y que Cronos ha ganado suficiente fuerza mediante Luke. Y ya puestos, que también posee a Luke, usando su cuerpo como un medio para conseguir su cuerpo real. Cronos, a su vez descubre que Nico es hijo de Hades y que puede ser el tipo de la gran profecía (ufa, es cierto, que Thalía ya no cuenta…). Luke alcanza a Dédalo y consigue el Hilo de Ariadna. Por una vez, los planes le salen bien y consigue enviar a su ejército al campamento vía Laberinto-Express.

Mientras la batalla se acrecenta y parece que el campamento lleva las de perder, sobretodo por la obra de Campe, Dédalo y Briares aparecen como el séptimo de caballería y destruyen a Campe. Grover da la campanada usando un poder nuevo, gentileza de Pan. Pánico.

Lógicamente, éste poder hace que el ejército de Luke se bata en retirada. Tras la batalla, Dédalo se sacrifica para cerrar el Laberinto, porque está unido a su vida. Se organiza un adiós a las víctimas, Grover no se va al exilio (tema de los acomodados «sabios» del consejo de sátiros, que no quieren reconocer la verdad ni aunque les cocée el culo), Percy se marcha por su 15º aniversario y Nico le propone una cosita para la batalla que se avecina contra Cronos.

En un libro finito (en comparación con la media de publicaciones del género), se palpa una tensión y una sensación de amenaza muy grande. Y no es para menos. La batalla será contra el padre de los dioses, y señor del tiempo.

A ver cómo salen de ésta…

El último héroe del Olimpo

Damas y caballeros, ésto se acaba. Y no con fuegos artificiales, no.

Acaba con una mascletá, que deja en ridículo toda la industria pirotécnica de Valencia…

Al incio, Percy está con Rachel hablando sobre si al final irá a pasar un fin de semana con los padres de ella cuando Beckendorf les corta el rollo. La fiesta ha empezado.

Para evitar (o más bien retrasar) la llegada de Cronos por mar, Percy y Beckendorf va a hundir el Princesa Andrómeda.  Antes de empezar, el bueno del hijo de Hefesto, saca la foto de su novia (¿suelto el spoiler o ya os lo imagináis?). Pero Cronos no es idiota y les pilla de marrón. Beckendorf sacrifica su vida para destruir la nave mientras Percy sale por patas pero Cronos le sacude con su guadaña y cae por la borda.

Percy se despierta gracias a Tyson (recordemos, un cíclople y hermanastro de Percy). Por fin se encuentra en el palacio de su padre, Poseidón, pero está bajo asedio por las fuerzas del titán Océano. Percy, como buen hijo y héroe, quiere quedarse a luchar con su padre, pero Poseidon envía a Percy al Campamento Mestizo. Allá da parte de la misión y Silena, la novia de Beckendorf, rompe a llorar. Y por fin, Percy escucha la Gran Profecía completa de una puñetera vez, y no le gusta nada la parte que le faltaba por escuchar. Por si fuera poco, la cabaña de Ares está cabreada porque no les tienen el respeto suficiente (tema de botines de guerra y tal), y no participaran en la guerra. Percy dice algo que descubrió en el Princesa Andrómeda, que tienen un espía que lleva informando a los titanes desde hace tiempo, pero los demás dejan de lado esa información. Entonces, al poco de llegar, Percy se marcha con Nico para averiguar cómo pueden tener una oportunidad contra Cronos para cuando llegue el momento. Tras visitar la madre de Luke (que no veas el mal rollito que da, y lo que implica) y hablar con Hestia, diosa del corazón y el hogar, Percy pide la bendición de su madre (protocolo de héroes semidioses, ya sabes…), y desciende al inframundo por segunda vez. Aquí, tras una putada por parte de Nico para obtener información sobre su pasado, posteriormente le ayuda, siguiendo el plan original y darse un bañito en el río Estigio como Aquiles y Luke antes que él. La parte interesante es que para mantenerse consciente y no dejarse llevar por el río de los muertos, Percy tiene que visualizar algo que le mantenga anclado en la vida, y lo que elige es de lo más interesante/previsible.

Entonces, se hacen los preparativos de la batalla campal. Tanto en el campamento como en el Olimpo.

Tenía pensado poner un resumen de la batalla, pero mejor no lo hago. Sobretodo porque la peli de los Vengadores está en pantalla. Y si la habéis visto, os diré que la que se forma deja la tangana que montan los vengatas a la altura de una pelea de colegio. Y si no la habéis visto, id a verla. ‘Nuff said.

En serio, la batalla que se forma en Manhattan es de lo mejorcito que he leído en mucho tiempo. Y si llegan a filmarla (recordemos que están rodando el segundo libro), puede ser la reost.

El tema es que la profecía se cumple de una manera inesperada. No diré nada que estropee la sorpresa, salvo que hacen prometer a Percy que los semidioses no vivirán sin ser reconocidos.

Llegado el momento de las recompensas, Percy fuerza a los dioses a que juren sobre el río Estigio (parece que tras cinco libros, aprendió la lección) para asegurarse que cumplan con lo que les pedirá como recompensa, que reconozcan a todos sus vástagos en cuanto cumplan 13 años.

En el campamento se construyen más cabañas para Hades y los dioses menores, porque fue el último deseo antes de morir de un semi-dios con un grave conflicto de lealtades.

La nueva oráculo (tras levantar una maldición de Hades) pronuncia una nueva profecía (es decir, que las aventuras continúan, pero puede que con nuevos personajes). A Annabeth se le promete que será la arquitecta del Monte Olimpo en el futuro, y Grover se convierte en el Señor de lo Salvaje y miembro del consejo de sátiros. Tyson es general del ejército cíclope y recibe un nuevo garrote. A Percy se le ofrece ser inmortal, pero con buen tino lo rechaza, tras recordar a quien casi pierde una vez.  Más tarde habla con Tyson y los cíclopes para que construyan las nuevas cabañas.

El momento romántico me lo ahorro, más que nada para que la ternura no se diluya por saber de antemano qué va a pasar. Pero que se ve venir, ya aviso.

Tras cuatro novelas, a cada cual más épico-espectacular que la anterior, se cierra con ésta última que hace que cualquier batalla por el futuro del planeta parezca una fiesta de colegialas. Incluida la batalla de Endor.

Y eso viniendo de mí, es muy significativo. Esta vez no cerraré con una sino con TRES citas de la novela, que se lo merecen.

«—No me digas que esto sale de la mitología griega —dije.
—Me temo que sí —confirmó Annabeth—. La cerda de Clazmonia.
Tenía aterrorizadas todas las ciudades griegas de la época.»

«—Odio este lugar —gruñía Cronos—. «Naciones Unidas.»
Como si la humanidad fuera a unirse jamás.
Recordadme que derribe este edificio cuando
hayamos destruido el Olimpo.»

«Está bien. Se porta mejor de lo que esperaba. Aunque, la verdad,
«¡Pol mejillón!»  me parece un grito de guerra muy raro.»

9 pensamientos en “El fin de la Saga de Percy Jackson

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