Percy Jackson y el mar de los monstruos

Segunda entrega de nuestro semidiós favorito. Y si el primero ya me gustó, este va a más.

La cosa empieza de forma clásica, sueña con su amigo Grover, que al parecer (cosa rara :Þ) se encuentra en problemas. En el sueño, Grover está en la costa de Florida, escapando de un enemigo del que Percy no tiene visión. Percy despierta confundido y mientras se levanta ve a una sombra que se desvanece por su ventana. Para acabarlo de rematar, su madre le comunica que estas vacaciones no podría ir al campamento Mestizo, ya que al parecer corría un gran peligro (claaaaro, y enfrentarse él solo a saber qué bicho-cosas pululantes es algo inofensivo).

Nuestro héroe, de mala gana asiste a su último día de clases en el colegio Meriwheter. Ahí se reúne con su mejor amigo en esa escuela, Tyson, un grandullón (y sin embargo, saco-de-ostias) que lograba espantar a todos los alumnos de la escuela. Después Percy y Tyson asisten a su clase de gimnasia que acaba siendo una pelea de balón prisionero con Lestrigones, unos gigantes con muy mala ostia. Estas criaturas comienzan a lanzarles a Percy y a Tyson balones encendidos en llamas, pero Tyson protege a Percy, aunque (vaya, vaya, vaya) el fuego no le causa ningún tipo de heridas.

Una vez vencidos (que estamos empezando la novela, joer), los alumnos del colegio le echan la culpa a Percy de haber destruido el gimnasio (recordad, que la Niebla impide a los mortales ver la realidad), ahí es cuando aparece Annabeth, y escapan junto con Tyson ya que Percy se niega a dejarlo solo. Annabeth, por razones que Percy no comprende, acepta de mala gana y llaman a un taxi conducido por Las Hermanas Grises o Moiras.

Para los que vieron la peli Hércules de Disney, esas tres viejas solo tienen un ojo. UNO. Y que encima tienen que compartir. Pues ahora imagina a esas tres momias, peleándose por un ojo, mientras conducen un taxi por Nueva York. Añade que le dicen a Percy, que aún no tiene ni idea de lo que pasa, en forma de coordenadas (30, 31, 75, 12) dónde está Grover, aunque ellos no entienden en ese momento lo que significan aquellos números.

Llegan al Campamento Mestizo, que está siendo atacado (una vez más) por los Toros de Cólquide, creados por el dios Hefesto (y que no os extrañe, que una cosa es que los dioses tengan hijos y otra cosa que controlen sus creaciones). Tyson logra destruir a uno de ellos (vaaaale, este chico no es normal)  y Clarisse (hija de Ares, el dios de la guerra y enemigo de Percy) destruye el otro.  Cuando entran al campamento Percy mira a través de la niebla y ve que Tyson solo posee un ojo, es decir, es un cíclope (de segunda generación, que para más señas son también hijos de Poseidón, lo que lo convierte en hermanastro de Percy).

Clarisse les dice que el Campamento Mestizo ha sido atacado constantemente ya que el árbol de Thalia (una campista, hija de Zeus,que fue convertida en Pino para salvarla de el ataque de unos monstruos, cuyo espìritu refuerza las fronteras mágicas del campamento) ha sido envenenado por alguien que pudiera tener acceso a él. El árbol va muriendo poco a poco, y si no hacen algo, el campamento pronto dejaría de existir. Quirón, el centauro director de actividades, fue despedido, porque era sospechoso de envenenar al árbol de Thalia (¿tal vez por ser hijo de un titán?) y en su lugar ponen a Tántalo, un espíritu de los campos del castigo, un cabrón desde la C hasta la N.

Tántalo les hace la vida imposible, y si Dioniso era odioso, éste más. Percy tiene más sueños con Grover vestido de novia (sí, novia) y en uno de ellos Grover le cuenta que lo tiene capturado un cíclope que quiere casarse con él, porque cree que Grover es una cíclope, ya que es casi ciego (y en cuanto se menciona un cíclope ciego, sólo sale un nombre :Þ). Lo mejor del caso es que le tiene engañado con el cuento de que se está haciendo un traje de novia, pero por la noche, deshace lo hecho para alargarlo lo más posible, pero que no durará mucho.

La coincidencia (jaaajajajaaa, jaajaaaa, ja) es que el cíclope tiene algo que les puede ayudar a salvar el campamento mestizo. Tras contarle su sueño a Annabeth, ella se da cuenta de qué puede ser eso que tiene el cíclope que los podría ayudar a salvar al Campamento Mestizo: el Vellocino de Oro. Annabeth y Percy piden a Tántalo que envíe a alguien en busca del Vellocino de Oro, ya que puede ser la única esperanza del campamento. Tántalo reúsa dejar ir a Percy y sus amigos y en lugar de escogerlos a ellos para ir en la búsqueda del vellocino, escoge a Clarisse. Esa misma noche, Percy tiene una conversación con el dios Hermes y éste le pide que haga que Luke piense lo que hace y se arrepienta de sus actos. Luego, Poseidón decide ayudarlos y les manda tres hipocampos: uno para Percy, otro para Annabeth y el último y más grande para Tyson.

Como no podía ser de otra manera, se escapan del campamento a lomos de los caballos-sardina y los hipocampos los dejan a la orilla de un gran barco llamado “Princesa Andrómeda”. Cuando están a bordo del crucero se dan cuenta de que está repleto de monstruos y mestizos, y el crucero resulta ser de Luke, que esta juntando un ejército para Cronos. Al ser capturados por Luke, se dan cuenta de que él está tratando de reformar a Cronos y con cada mestizo que se les une recuperan una parte del señor de los Titanes. Vennnnga, trayendo de vuelta al padre de los dioses y con ganas de venganza, además.

Se las ingenian para escapar y se resguardan en una isla, en un pequeño fuerte que había construido Annabeth junto a Thalía y Luke años atrás en Florida, pero un monstruo los ataca (cerca de un monstruoburguer, pa flipar.) y son rescatados por Clarisse en el barco que le obsequió su padre Ares junto a un ejército de muertos de todas la épocas.

Lo que viene a continuación el la versión teenager de La Odisea, con momentos realmente dramáticos que hacen que te arrepientas de pillar cariño a según qué personajes. Así que al más puro estilo La princesa prometida me lo salto y sigo con la chicha.

Por fin llegan a la isla de Polifemo, situada en el Mar de los Monstruos, más conocido por los mortales como el Triángulo de las Bermudas. Una vez que llegan y tras el consabido intercambio de guantazos y duelo de ingenios, logran escapar del cíclope, toman el Vellocino de Oro que estaba sobre un árbol y logran escapar sanos y salvos.

Después de esto, se dirigen a Florida y Percy decide dejar que Clarisse se lleve el Vellocino de Oro para que lo lleve al Campamento Mestizo (que la misión se la adjudicaron a ella). Ella acepta y se va en un avión. Pero de pronto Luke aparece, los captura y los lleva al “Princesa Andrómeda”. Al enterarse Luke de que ya no llevaban el Vellocino de Oro con ellos, decide matarlos, pero Percy idea un plan para dejar restaurada la reputación de Quirón y hace un mensaje Iris (la versión mitológica de una llamada con Skype) al campamento sin que Luke se diera cuenta, y lo persuade para que admita que él envenenó el árbol de Thalia. Percy y Luke comienzan a pelear (que mira que se tienen manía), y cuando Percy está a punto de morir (jaaaa, jajjjjaaaaaaaaaaajajaja jjaaa), aparece Quirón con sus coleguitas centauros (una versión de la carga de los rohirrim) y una pelea se libra en el “Princesa Andrómeda”. Los cuatro logran escapar y regresar al campamento.

Tyson se va al fondo del océano donde Poseidón le ofrece trabajar en las fraguas de los ciclopes fabricando armas, algo que no deja de ser jodido por lo que implica. Unos días después, descubren que el Vellocino de Oro había funcionado demasiado bien. Una noche, Grover llega a la cabaña de Percy muy agitado. Percy sale con Grover hacia el árbol de Thalia y ahí encuentra a Annabeth tan petrificada como Grover, entonces Percy ve junto a Annabeth una chica punk pecosa, muy maquillada de cabello corto negro, Thalia. Con lo que tenemos otro hijo de los Dioses principales, candidato a la profecía de turno que hará que el destino del Olimpo caiga en sus manos (con la posible muerte del sujeto).

Añádase a Cronos, que está volviendo con muchísima mala leche, y tenemos un cóctel épico-mítico a punto de reventar. Y eso que estamos en el segundo libro de cinco.

«Incluso entre enemigos puede haber respeto»
Príamo (Peter O’Toole)
Troya 

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