The adventurer: 1/13

Tercer día de primavera de 247 después del Cierre de la Brecha.

Ya no puedo más. Siento cómo las paredes de esta casa donde me refugié se me caen encima, y me da igual que los soldados del rey Itztli Tlacelel me encuentren. Dudo que lo que me hiciesen fuera peor que vivir con este miedo que me atenaza, por muchas torturas a las que me sometieran. Aprovecharé que hoy están celebrando el Día de la Paz, una «paz» a base de aplastar sin piedad a toda voz que no le hiciera los coros al rey Itzli, para salir de aquí al amparo de la noche.

Lo tengo todo preparado en una mochila, lo necesario para aguantar más o menos bien al raso, teniendo en cuenta lo poco que he podido rapiñar en mis breves salidas. Cantimplora, raciones de comida seca, manta, cuerda, antorchas con su yesca y su pedernal, una muda de ropa en caso de que se estropee la que llevo, un cuchillo, y un par de cosillas que puede que me sean de utilidad, llegado el caso.

Acaba de pasar una patrulla, la siguiente pasa en 30 minutos. Espero poder seguir anotando lo que suceda en el diario, y si no… Pues bueno, hasta la última entrada hemos llegado.

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